DEVOCIONAL DIARIO

28 de Junio 2018

Cantar en una cueva

 En ti, oh Señor, me he refugiado.

Salmo 71:1

 En el día de mi angustia te llamaré, porque tú me respondes.

Salmo 86:7

 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Isaías 26:3


“Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y trovaré (o compondré) salmos” (Salmo 57:7). Cualquiera pensaría que para el autor de este salmo todo iba perfectamente bien, que no tenía preocupaciones y sí muchas razones para rebosar de gozo.

Sin embargo, David escribió estas palabras mientras huía del rey Saúl, quien quería matarlo (ver la introducción a este Salmo 57). Tuvo que esconderse en una cueva. Un poco antes leemos: “Mi vida está entre leones; estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas” (v. 4). Entonces, ¿cómo podía cantar en semejante situación?

Confiaba plenamente en que Dios lo protegía, por eso pudo decir: “En ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé” (v. 1). David, escondido en una oscura cueva, se sentía seguro en las manos de Dios, y podía componer y cantar salmos de alabanza.

¿Usted también está en una “cueva”? ¿Está aterrorizado por las bombas o asediado por la persecución? ¿Está ansioso porque no conoce el resultado del examen médico, inquieto pensando en la posible pérdida de su trabajo o en el futuro de sus hijos? ¿Está triste porque perdió a un ser querido?

Independientemente de cual sea su “cueva”, Jesús quiere estar a su lado, tranquilizarlo, consolarlo e incluso llenarlo de gozo a pesar del sufrimiento. “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4).

Tomado de Editorial La Buena Semilla. 

Colaboración enviada por Omaira Sequera de Rodriguez
  
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8 de Junio 2018 

NO TENER TIEMPO DE PENSAR

          "Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos. Tú eres el Dios que hace maravillas; hiciste notorio en los pueblos tu poder" (Salmo 77:12 y 14)

              Un hombre viudo y de frágil salud, de 80 años de edad, casi no salía de su casa: -Los días deben de ser largos, querido amigo- le dije.
               -¡Oh!Sepa usted que hago funcionar el televisor todo el día; de esa manera no tengo tiempo de pensar-
                 Este hombre que no tiene tiempo de pensar, que no quiere pensar, ¡cuan triste es!La muerte, vacilante, da vueltas alrededor de su casa. Dios la detiene: en su gracia, todavía otorga un plazo al anciano. Cada mañana viene a decirle:-Mira hacia mí y sé salvo-. Pero cada mañana el hombre contesta negativamente y, para no oir la voz de Dios, da vuelta a la perilla del televisor y se deja aturdir por las voces y los espectáculos de este mundo.
                   Note bien que ese hombre es respetable; se interesa por la política de su país, por los grandes problemas económicos y sociales. Pero no quiere pensar en el pecado, ni en la muerte, ni en Dios.
                       Y, no obstante, Dios está en su camino: hoy le tiende la mano, mañana le juzgará si persiste en rehusar la salvación que le ofrece. ¿Qué podrá responder? Tantos años concedidos por la gracia divina, tanta paciencia de un Dios que no quiere la muerte del pecador, sino su salvación. Sin embargo, para el anciano esto no tiene valor.
                         Lector, no haga como ese hombre. Tómese tiempo para pensar. Tiene una cuenta que arreglar con Dios. Hágalo mientras aún hay tiempo, es decir: Hoy

Tomado de Editorial La Buena Semilla 

               
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 2 de Junio 2018


                         LA BUENA SEMILLA


 (Jesús dijo:) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Mateo 11:28

 Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:7

 Dejar que el más fuerte lleve la carga

El tiempo se hace largo en mi habitación del hospital, pero desde la ventana tengo una pequeña distracción: la construcción de un nuevo edificio. Entre todas esas máquinas que trabajan, una me llama la atención de forma especial: la grúa. Cada mañana su conductor es el primero en llegar a la obra. Sube a la máquina y espera las órdenes del equipo, que pronto se pone en marcha. Hay cargas muy pesadas para mover, pero ninguno de los obreros se aventura a hacerlo, pues basta con atarlas al cable de la grúa y, por medio de un teléfono, pedir al conductor que las mueva. ¡Sería realmente absurdo tratar de levantar centenares de kilos, mientras la grúa puede hacerlo tan fácil!

Esto me hace pensar en tantos esfuerzos que hacemos tratando de levantar cargas demasiado pesadas para nosotros: las muchas preocupaciones, la búsqueda de un empleo, quizás una mala conciencia, el vacío de nuestro corazón, la necesidad de ser amado, una ofensa que no podemos perdonar... ¡Cuántas cargas, preocupaciones y angustias, que apenas podemos levantar!

Jesús está dispuesto a llevar en nuestro lugar todas estas cosas que nos oprimen. Encomendémosle todas esas cargas mediante la oración y pidámosle que se ocupe de ellas.

Querido lector, ¡no se agote tratando de llevar solo aquello que Dios quiere llevar con usted, o incluso en su lugar! ¡Vaya a él y háblele! Él le ama y quiere su bien. ¡El Señor Jesús quiere ser su Salvador, su apoyo cada día, su consejero, su guía!

Buenos días a todos.


Gracias a Omaira Sequera  por colaborar con el envío de este devocional. Tomado de Editorial La Buena semilla

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20 de Julio 2017


DIOS SE DA A CONOCER 

         "Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos" Deuteronomio 29:29

                 A Adán, Dios se dio a conocer como "Jehová Dios". Él le colmó de cuidados; pero el hombre transgredió el único mandamiento que le había sido impuesto y fue echado del huerto del Edén.

                        Enoc camina con Dios; luego, Dios se manifiesta a los patriarcas. Noè es divinamente advertido del diluvio y por la fe construye el arca. (Hebreos 11:7)

                         Con el llamado dirigido a Abraham comienza un nuevo perìodo en el cual Dios se da a conocer. Babel había traído la confusión. La idolatría se había extendido (Josué 24:2). Jehová dijo entonces a Abraham: "Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré"(Génesis 12:1; Hechos 7:3).

                             Varias veces Dios se aparece a Abraham, en su vida. Es para él el "Dios Todopoderoso" (Génesis 28:2-5);35:11-12).

                                 Transcurren los siglos. Una nueva revelación es hecha a Moisés con la aparición en la zarza ardiendo (Éxodo 3) y sobre todo en Sinaí. Y a lo largo del desempeño del conductor, Jehová habla con él "boca a boca" y "cara a cara" (Números 12:8; Deuteronomio 34:10)

                                     ¡Cuántas cosas aún tenía que revelar dios más allá de la ley!

                                      "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo" (Hebreos 1:1)

Tomado de Editorial La Buena Semilla. 

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19 de Julio 2017

               DESCUBRIMIENTOS 

        "Nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oir" Eclesiatés. 1:8
"(Los hombres) a las tinieblas ponen término, y examinan todo a la perfección"Job 28:3.

           Actualmente,¿existe alguna parte de la tierra que todavía no haya sido descubierta? Poniendo en peligro su vida, los exploradores se lanzaron a la conquista de las regiones polares. Ahora caravanas de automóviles surcan las ardientes arenas del Sahara y de otros desiertos. Islas consideradas inexplorables entregaron sus secretos.

           Y, como si esto no fuera suficiente, el hombre emprendió la conquista del cosmos. El mes de octubre de 1957 señala una fecha importante, pues los progresos de la técnica fueron tales que, por primera vez, un satélite artificial fue colocado en órbita. Y desde entonces, ¡cuántas audaces tentativas fueron coronadas con el éxito!

             En ese camino hacia adelante, ¿qué puede ser considerado como definitivo o cierto? Lo que hoy se tiene por verdadero, quizá no lo sea mañana.

           La meta de la Biblia no es enseñarnos lo que comúnmente se llama "ciencia". Su mensaje permanece verdadero. Nos da a conocer nuestro origen y nuestro destino, nuestra condición moral ante Dios, el camino de la salvación y de la felicidad. Nos presenta a Jesús y su obra en su Palabra, la Biblia, perfecta y definitiva revelación de Dios mismo. 

          La Biblia, inspirada por Dios, sigue siendo verdadera, cualesquiera sean los progresos de la civilización y los últimos descubrimientos de la ciencia.

Lectura recomendada: 2 Timoteo 3.

Lectura tomada de Editorial La Buena Semilla



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18 de Julio 2017

CIENCIA Y REVELACIÓN

"Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios". Romanos1:20-21

                       Cada nuevo descubrimiento de la Ciencia evidencia alguna maravilla oculta de la naturaleza. El renombre que merece el autor del descubrimiento es legítimo, pero se olvida fácilmente que una gloria mucho más grande pertenece a Dios, quien creó todo lo que la inteligencia de los hombres busca sondear, y quien también les dio la capacidad para hacerlo.

                                 En el transcurso de los siglos, hombres inteligentes se esforzaron por explorar todo lo que les era accesible. Pero ya Salomón vislumbró que "no hay fin de hacer muchos libros" (Eclesiatés 12:12).

                                     La inteligencia, esa capacidad dada al hombre para buscar y comprender, debería hacerle discernir la grandeza del Dios creador, de quien depende. Esa facultad implica una responsabilidad moral que el animal no poesee.

                                   Pero si el conocimiento de las cosas creadas no lleva al ser humano a honrar a Dios y a reconocer su poder y su autoridad, no hace más que agravar su responsabilidad y Dios lo declara inexcusable.

                                     "El principio de la sabiduría es el temor del Señor" (Proverbios 1:7). Rehusar inclinarse humildemente ante su Creador conduce al ahombre a enorgullecerse de sus conocimientos, aunque limitados, para levantarse contra Dios, discutir su Palabra y hasta negar su existencia.

Lectura recomendada:Romanos 1

Tomado de Editorial La buena Semilla





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 12 de Julio 2017


LA IRA

"Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo...(Colosenses 3:8)
"Aíraos, pero no pequéis..."(Efesios 4:26)

          A primera vista estos dos versículos parecen contradecirse, porque en uno somos exhortados a airarnos y en el otro a no hacerlo.

            En Colosenses  3, la ira significa la manifestación del pecado que aún mora en nosotros, un distintivo de la vieja naturaleza, la que Dios ve crucificada desde el momento de nuestra conversión al Señor, cuando Él nos dió una nueva vida. Mediante el Espíritu Santo con el cual fuimos "sellados", somos hechos capaces de dominar este mal.

                       Pero a pesar de ello se manifiesta, debemos reprobarlo y confesar este pecado a Dios.

                      En Efesios 4:26, esta ira justa es la indignación contra el mal (es decir, todo lo que deshonra a Dios), no contra quien hace el mal, y tras dicha ira se siente la tristeza producida por el mal. Este sentimiento debería caracterizar a cada hijo de Dios. ¿No vemos cotidianamente cómo Dios es deshonrado y se denigra la persona de nuestro adorable Salvador? Con respecto a ello nos corresponde expresar una justa irritación.

                          El Señor Jesús mismo nos enseña cómo manifestar ese enojo; en Marcos 3:5 leemos: "Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones..."

                            Si ante la ira experimentamos esa noble tristeza, ella nos preservará de los ímpetus de nuestros sentimientos humanos que conducen a la amargura y al deseo de venganza para con el que comete el mal. Por eso, el apóstol Pabro agrega la exhortación: "pero no pequéis".

Lectura recomendada: Efesios 4:26

Tomado de Editorial La Buena Semilla 


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4 DE JULIO 2017

NO OLVIDEMOS AL DADOR

          "Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". (Filipenses 4:12-13)

           Se cuenta que cierto príncipe tenía un hijo a quien daba una pensión alimentaria. A principios de cada año, el jóven iba a la capital para visitar a su padre y al mismo tiempo -lo que más le interesaba- cobraba su renta. El resto del año no se presentaba en casa de su padre.

          Entristecido el príncipe por tal comportamiento, decidió que la pensión sería abonada, no una por año, sino semanalmente. Desde entonces vió a su hijo cada domingo.

           Verdadera o no, esta pequeña historia   es una lección para nosotros. Nos ayuda a comprender por qué a menudo Dios fracciona sus bendiciones. Primero, conoce nuestra tendencia a buscar el don antes que al Dador, y a interesarnos más en las gracias que nos otorga que en Aquel de quien las recibimos.

         También conoce nuestra poca fe. Generalmente, tan pronto como tenemos una provisión de lo que sea (dinero,salud,etc.), nos sentimos tentados a apoyarnos en ella más que en el Señor. Cuando nos da de a poco, día a día lo que basta para las necesidades del momento, pero nada más, nuestro Dios sabe bien lo que hace. Nos obliga a volver siempre nuestras miradas hacia él para seguir pidiéndole lo que nos es necesario y a agradecerle cuando lo hemos recibido.

                        "Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".

Lecturas recomendadas
1 Tesalonicenses 5 y Filipenses 4

Tomado de Editorial La Buena Semilla  

 
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2 de Julio 2017
 ALIENTO DE VIDA

                        "Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente" (Génesis 2:7)
            
                         "Está acabándose","era su hora","se tiene una sola vida".Muchas veces se dice ésto; pero ¿es exacto?. ¿Hemos nacido para llevar una vida muy ocupada, para cumplir nuestros deberes y entretenernos, divertirnos y sufrir durante unas decenas de años y después dejar todo repentinamente?

                             Seríamos entonces como una flor que no da fruto, o una semilla que no germina. ¡Qué anomalía! El Creador destinó toda semilla a producir una nueva planta; y al alma humana con su sed de lo infinito. ¿No la ha destinado a un más allá infinitamente feliz?

                               Dios le quita el aliento al hombre y éste muere. Es el decreto divino a causa del pecado. El cuerpo vuelve al polvo. Pero el alma, o el espíritu, deja su envoltura mortal y prosigue su existencia.

                                ¿Y dónde la continúa? Jesucristo nos lo descubre cuando cita el caso de dos hombres ; viven cerca uno del otro, luego ambos mueren. Pero sus destinos son absolutamente opuestos: el primero va a un lugar de desdicha, el otro a un lugar de reposo, donde podrá gozar de una eterna felicidad. No hay posibilidad de pasar de un sitio a otro, no hay aniquilación, ni reencarnación.

                                   Este es el ser humano: una parte material, el cuerpo; otra parte inmaterial, que mora provisoriamente en el cuerpo, el alma.

                                      Pero, ¿posee usted la vida del alma, esa vida eterna que Dios nos otorga cuando creemos en el Señor Jesús, quien murió por nosotros en la cruz del Calvario?.

Lectura recomendada: Lucas 16: 19-31.

Tomado de Editorial La Buena Semilla

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1 de Julio 2017

MI COSTUMBRE

                      "Daniel...entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios, colo lo solía hacer antes". (Daniel 6:10)

                          La escena ocurre en un dormitorio de cuartel, la primera noche después de la incorporación de los soldados. Transistores ruidosos, humo, palabras groseras anuncian lo que será el ambiente de los próximos doce meses.

                            Aprovechando un momento de calma, un jóven se dirige a sus compañeros, diciendo: -Amigos míos, vamos a vivir juntos día y noche, y tendremos que soportarnos unos a  otros. Entiendo que cada uno tiene sus costumbres y sería conveniente conocerlas en este momento. Por lo que a mí respecta, tengo como hábito leer cada mañana y cada noche una página de mi Biblia y arrodillarme para orar a mi Dios.-

                               Hubo un embarazoso silencio. Sorprendidos y desconcertados, los compañeros de dormitorio no reaccionaron...-¿Alguién tiene algo que objetar?-preguntó el jóven-.Bueno, les agradezco.-

                                     De esta manera, durante el servicio militar, este creyente pudo cumplir con su fiel costumbre. Sus compañeros se resignaron a detener sus radios y bajar la voz cuando le veían abrir su Biblia y ponerse de rodillas.

                                     Ese jóven militar no olvidaba que debía ser un "buen soldado de Jesucristo". La primera cualidad de un soldado, ¿no es la valentía?."No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor"(2 Timoteo 1:8).

                                        Cada creyente, en el lugar donde se encuentre, es llamado a ser un fiel testigo del Señor.

Lectura recomendada: 2 Timoteo.

Tomado de Editorial La Buena Semilla
                                     

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 30 de Junio 2017


PERDIDOS Y SALVADOS

              "He encontrado mi oveja que se había perdido...He encontrado la dracma que había perdido...Este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado". (Lucas 15:6,9 y 24)

                       Ser salvo supone que se estaba perdido. No es cuestión de razonar sobre las causas de ese estado, es inútil disertar o discutir largamente sobre ello; ante la justicia de Dios, todo hombre está perdido si no tiene un Salvador.

                              El Evangelio se dirige, pues, a los perdidos y sólo a los perdidos. La bondad de Dios impele a los hombres a reconocerse perdidos (Romanos 2:4).

                                Tres parábolas de Jesús ilustran nuestro estado de perdición. La primera habla de una oveja que se extravió al alejarse del rebaño. La falta de inteligencia y la incapacidad para volver a hallar su camino por sí misma caracteriza a una oveja. Alguien dirá:No es su culpa, es su naturaleza. Muy bien, pero el caso es que está perdida y seguirá estándolo si el pastor no la busca. Jesús es ese pastor, y la oveja soy yo, usted, y cualquiera de nosotros.

                                  La segunda habla de una moneda que su dueña perdió. Tiene valor, pero se quedaría el el polvo si su dueña no la buscara.

                                          Finalmente, vemos a un hijo que está por morir de hambre, después de haber derrochado los bienes que había obtenido de su padre. Por más que gima, que eche de menos su casa, que maldiga las malas influencias y las seducciones a las cuales sucumbió, nada cambia mientras no reconoce que está perdido y que no le queda otro recurso sino volver  a su padre.

                                              ¡No!, no eche la culpa a su naturaleza, ni a sus educadores o amigos. Reconozca que está perdido. ¡Y sepa que el Padre le espera!

Lectura recomendada: Lucas 15, Romanos 2.

Tomado de Editorial La Buena semilla 

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29 de Junio 2017


CREER...?

          "La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17)

            Muchos dicen como Tomás:"Para creer, necesito ver y tocar" (Juan 20:25).Jesús invierte los términos. Para ver-dice Él-, para asir lo que Dios nos ofrece, es necesario creer primeramente:"Si crees, verás la gloria de Dios" (Juan 11:40).

                  Cuando Galileo afirmaba que la tierra se movía, cuando Cristóbal Colón presentía la existencia de otras tierras al estar convencido que la tierra era redonda, sin duda el uno y el otro se basaban en deducciones científicas muy claras. Sin embargo, sus convicciones no podían tener una absoluta certeza porque entraban en conflicto con el testimonio de los sentidos y la unánime opinión de sus contemporáneos. Galileo no había visto a la tierra rotar sobre su eje, ni Colón las tierras más allá de los mares. Sus firmes creencias parecían contradecir el buen sentido y la experiencia.

                     Quizás usted conoce a Japón sólo por medio de un mapa, pero no duda de su existencia. Tampoco encontró a Napoleón, ni a Alejandro, ni a Simón Bolívar, pero sabe que no son personajes imaginarios.

                       Ocurre lo mismo en la esfera cristiana. Creemos el testimonio de los apóstoles y de todos los hombres de Dios que fueron testigos de la resurrección de Jesucristo: "Cristo...apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo..."(Corintios 15:3-8).Creemos el testimonio de Cristo mismo, quien declaró:"Yo soy la resurrección y la vida"(Juan 11:25), y también:"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida"(Juan 14:6).

                        ¡Recíbale hoy en su corazón!

Lectura recomendada: 1 Juan 4 

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 28 de Junio 2017


UN CAMINO EQUIVOCADO

          "He aquí yo he salido para resistirte. Porque tu camino es perverso delante de mí"Números 22:32

           Un automovilista se había equivocado de camino en un cruce de vías, pero no se dio cuenta de ello. Despreocupado, continuó por esa carretera. Era un conductor prudente y razonable, se detenía en cada señal de ¡Pare! y nunca pasaba la velocidad máxima permitida. Todo estaba bien...sólo que se había equivocado de camino.

                Lo mismo puede ocurrir en nuestra vida. Si no seguimos la senda señalada por Dios, nuestro andar es "perverso" a sus ojos y vamos camino a "la perdición", porque vamos por un camino equivocado. Eso es lo que quiere decir el versículo de hoy.

                  Por su naturaleza, los seres humanos se encuentran en un camino que conduce a la condenación eterna. No sólo se han extraviado los grandes pecadores, como a veces se les nombran ciertas personas. No, ¡todos!, porque todos tenemos la misma naturaleza pecaminosa y bastaría un pecado para que no pudiéramos permanecer en la santa presencia de Dios. Él quiere detenernos y sacarnos de esa vía que nos lleva al fracaso, por eso nos muestra cual es la correcta. Es la vía que conduce a la cruz del Gólgota. Allí el Señor Jesús murió por nuestros pecados (de malos pensamientos, palabras y obras)y cargó con el juicio divino que nosotros merecíamos.

                  Mientras no lo reconozcamos, continuaremos en el camino equivocado y tendremos una buena opinión de nosotros mismos. Si confiamos en nuestra propia justicia, nunca alcanzaremos la gloria de Dios. En el cielo sólo habrá pecadores verdaderamente arrepentidos que creyeron en la obra redentora de Jesús.

Lectura recomendada: Juan 3:1-21

Tomado de la Buena Semilla

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 27 de Junio 2017
SUPREMA VICTORIA

"Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? (Juan 18:11)

             Tan pronto como Jesús llega a la tierra, Satanás se esfuerza por impedirle que lleve a cabo su misión. Lo vemos en la masacre de los niños de Belén. Antes que Jesús comience su ministerio público, el diablo interviene para someter al Hombre obediente a toda clase de tentaciones, pero el diablo debe emprender la retirada, abrumado por la entera sumisión del Señor a su Padre Dios.

                    Desde entonces, las luchas se suceden, conducidas por los jefes religiosos de todas las tendencias, pero concluyen en otras tantas victorias para Jesucristo.Aún sus discípulos no entienden el alcance de sus advertencias respecto del destino que le aguarda en Jerusalén, e intentan hacerle cambiar de rumbo.

                Satanás se da cuenta de que será vencido. Por eso, mientras Jesús es abandonado por los suyos y ultrajado, el diablo moviliza sus acólitos:
-Los principales sacerdotes, los escribas y los fariseos. (Lee Mateo 27:41)
-Los gobernantes.(Lee lucas 23:35)
-Los que pasaban.(Lee Mateo 27:39)
-Los soldados.(Lee Lucas 23:36)
-Los ladrones. (Lee Mateo 27:44)
                 Todos ellos le proponen salvarse "a sí mismo" , y descender de la cruz. Pero, bendito sea Dios, el Señor resiste a estos ataques y permanece en la cruz hasta decir: "Consumado es".
                      Veamos el ejemplo de Jesucristo, en todos los actos de nuestra vida, y tratemos de ser iguales a Él. Ante una situación que no sepas afrontar, preguntate: ¿Qué haría Jesús en mi lugar?
 
Lectura recomendada: Hebreos 2: 14-15.

Tomado de La Buena semilla.
                                

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26 de Junio 2017

LO QUE ENFURECE A DIOS  

"Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía..." (Isaías 1)

          Una gran verdad bíblica, pero que no se expone con frecuencia, es que Dios no solamente es misericordioso, sino también es justo. Y pocas cosas enfurecen tanto al Señor como la injusticia.

           "Hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo", dice Ecclesiastés 8:9, y nuestro texto lo explica muy bien: hacer injusticia, despojar, robar, afligir, a quienes más necesitan la protección de sus derechos: los pobres, las viudas, los huérfanos. Una realidad que se ve a diario en los tribunales de nuestra querida América Latina, en donde no siempre triunfa la justicia, ese valor central de dar a cada uno lo suyo.

      Dios reserva sus juicios más terribles para los injustos. En tan  sólo dos versículos, el profeta habla de asolamiento, prisión, muerte y ausencia de Dios para quienes abusan injustamente de sus semejantes, y luego remata con un estribillo que aparece en otros lugares en donde se anuncian grandes calamidades: "Ni con todo  ésto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida" (v.4).

         Este sobrecogedor texto se aplica a todos los que deben vivir y aplicar justicia: jueces, abogados, magistrados, gobernantes, sin duda...y nosotros mismos también los sin títulos universitarios. Examinemos todo lo que hagamos, y cómo conducimos nuestra vida. Isaías nos recuerda que debemos buscar la justicia, y que hay que proteger a los más débiles de manera especial. No es fácil, pero hay que hacerlo; Dios es justo y Él se deleita en la justicia. Seamos, pues justos con todos y así honraremos al Juez Perfecto al cual adoramos y obedecemos.

Lectura recomendada:Isaías 10:1-4

Meditación escrita por Eduardo Sánchez, Paraguay 
 Tomado de Alimento para el alma.

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25 de Junio 2017

UN DESCUBRIMIENTO EN TESALÓNICA

          "Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza" (1 Tesalonicenses 4:13)

     La ciudad de Tesalónica fue fundada en el año 315 antes de Cristo por el rey macedonio Kassandros, y debe su nombre a Thessalinike, esposa del rey. En la época romana esta ciudad, situada a orillas de una importante carretera, fue la capital y el principal puerto de la provincia de Macedonia. Por medio del apóstol Pablo se originó en Tesalónica una de las primeras iglesias de Europa (leer Hechos 17). También datan de ese tiempo las dos epístolas a los Tesalonicenses.

        Mucho más tarde, cuando se hicieron excavaciones cerca de la ciudad, se encontraron dos tumbas, una de la época pagana y la otra de la época cristiana. Ambas llevaban una notable inscripción. La primera sentencia de la era romana o pagana expresaba: En la muerte no hay esperanza. En el segundo sepulcro de la era cristiana se leía: Cristo es mi vida.
              Aquí tenemos juntamente la muerte sin Cristo y el dormir o muerte en Cristo. La primera sin perspectiva y la otra con una esperanza firme y segura. No en vano, Pablo predicó en Tesalónica a Jesucristo resucitado y dirigió a sus habitantes las gloriosas palabras:"Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él...así estaremos siempre con el Señor"(1 Tesalonicenses 4:14-17) 
                La esperanza que se funda en Cristo va más allá de la tumba, porque Él quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio (leer 2 Timoteo 1:10).
(Tomado de Editorial La Buena Semilla)
Lectura recomendada: 1 Tesalonicenses 4:13-18

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 24 de Junio 2017

EL PROBLEMA DE JOSÉ 


     "Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento".(Lucas 5: 31-32)

                   José Rivas había sufrido un grave accidente de trabajo y se hallaba recluído en el hospital. Un amigo creyente fue a visitarle y le interrogó acerca de sus convicciones cristianas. José le explicó que no temía a la muerte, ya que él era un hombre bueno, que nunca había perjudicado a nadie y nunca había robado, ni matado a nadie.  El visitante, su amigo creyente estuvo de acuerdo con lo dicho por José, tomó su Biblia y leyó lentamente: 
         -No hay justo, ni aún uno-, y agregó; -excepto José Rivas-. 
          -No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios, excepto José Rivas-.
     -Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles(Romanos 3:9-11), excepto José Rivas-.
           -No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios.(v.22), excepto-... 
           -¡Deténgase, deténgase!-, suplicó  José Rivas con voz angustiada.
           El amigo creyente le contestó:-Solamente trato de relacionar lo que Dios dice con lo que usted expresa- replicó el visitante. -Dios declara: todos somos culpables. Pero usted afirma que nunca actuó mal-.
       Luego de agregar algunas palabras de despedida, salió de la habitación.
      Algunos días después volvió a visitar a José y se sorprendió al ver una cara feliz. José le esperaba con impaciencia. Se había dado cuenta de cuál era su verdadera situación ante Dios y había aceptado la salvación que Jesús brinda a todo aquel que cree en Él.
(Tomado de Editorial La Buena Semilla)
Lecturas recomendadas: Juan 3:1-21; Romanos 1:16-17; 3:21-31: 5:1-11; 10:5-13; Efesios 1:3-14; 2: 1-10.
                  
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